Las temperaturas altas pueden ser un gran problema para tu coche. En los meses de calor, pasan muchas horas expuestos al sol de manera directa, lo que puede provocar el sobrecalentamiento del motor y un fallo grave en el vehículo. Estas averías pueden ir desde el fallo del termostato hasta el del electroventilador, elementos que se encargan de que la temperatura sea la adecuada y de proporcionar el flujo óptimo de refrigerante. Si alguno de ellos se avería por una exposición a temperaturas muy elevadas el motor se sobrecalentará y puede llegar a averiarse por completo, provocando un gran problema técnico (y económico…).
¿Cómo evitar el sobrecalentamiento?
-
Hay que comprobar la temperatura del líquido refrigerante cada cierto tiempo: es importante revisar los niveles del líquido y su temperatura dentro del sistema de refrigeración del coche para evitar daños graves en el motor.
-
Comprueba el nivel de aceite: contar con un motor bien lubricado es esencial para que funcione bien y que sus piezas no produzcan más calor del adecuado para el motor.
-
Intenta estacionar siempre que puedas tu vehículo en lugares con sombra, si esto no es posible, la mejor opción es recurrir a parasoles. Disminuyen la temperatura interior del coche hasta en 15 grados.
-
Mantén la temperatura adecuada dentro del coche (es vital): conducir con temperaturas de entre 35 y 40 grados es el equivalente a hacerlo tras haber consumido unas 5 cervezas (¡Increíble!). Esto hace que conductor perciba peor las señales de tráfico y por tanto, el riesgo de accidente aumenta. ¡Mucho cuidado!
-
Revisa tu coche antes de que lleguen las altas temperaturas; es recomendable realizar una visita al taller para que realicen una revisión exhaustiva del vehículo y así evitar el sobrecalentamiento.
-
Usa siempre refrigerante, nunca otros líquidos como el agua para bajar la temperatura, ya que estos pueden dañar el sistema de refrigeración y por consiguiente el motor.
Si el motor se calienta, debes estar preparado, ahí van unos tips:
-
Baja el aire acondicionado y sube la calefacción: aunque pueda parecer una contradicción y empeore el confort de los ocupantes del vehículo, esto ayudará a evacuar el calor producido en el motor. De esta forma, el motor, también trabajará mucho menos.
-
Cuando la temperatura del motor aumente y el sistema de refrigerante tenga un nivel bajo, la mejor opción es parar el vehículo cuanto antes en un lugar seguro. Apaga el motor por completo y deja que se enfríe.
-
Si los niveles de anticongelante son bajos deberás rellenarlo: si dispones de líquido refrigerante o has podido parar en una estación de servicio, es conveniente rellenar el depósito de anticongelante para reponerlo. Cuidado también con los neumáticos, que con el calor sufren más riesgo de pinchazo y con la batería.
Ahora que ya sabes como tenerlo todo bajo control, seguro que no te pasa nada. ¡A disfrutar del veranito!