Tantas horas al volante provoca que los conductores profesionales terminen adquiriendo una serie de posturas inadecuadas que a la larga puede provocar microlesiones sin importancia que darán lugar a molestias e incapacidad temporal o crónica. ¿Eres taxista? ¿Camionero? ¡Pues este artículo te interesa!

Es necesario identificar y corregir estas malas posturas con el fin de evitar que el trabajo nos perjudique nuestro estado de salud físico y mental. Así que MUY IMPORTANTE tener una buena posición al volante.

Hay muchos tipos de riesgos a los que pueden someterse los conductores profesionales, dependiendo de su actividad profesional. Estos pueden ser:

Psicosociales: son debidos a la fatiga, estrés, presión, turno de noche, entre otros.

Ergonómicos: son debidos a posturas forzadas, sobreesfuerzos, entre otros.

Físicos: los provocados por el ruido, vibraciones, radiaciones, polvo, gases, entre otros.

Asociados a la seguridad: causados por accidentes de tráfico, cortes o golpes, contactos eléctricos, incendios o explosiones, entre otros.

En el sector del transporte profesional las patologías más frecuentes son las de las articulaciones, provocadas por la sobrecarga por esfuerzo o vibración y las patologías ergonómicas, causadas por los cambios de horario o el ruido.

Hay que tener en cuenta que las patologías derivadas de las vibraciones a las que los conductores profesionales se ven sometidos durante la conducción pueden causarles molestias como mareos, vómitos, molestias en el oído, hernia discal, pinzamientos o trastornos de visión.

Estas son algunas de las enfermedades  profesionales más reconocidas en el sector del transporte: sordera, parálisis del nervio radial, fatiga de vainas tendinosas, bursitis, lesiones de la piel, enfermedades osteoarticulares, etc.

Para tratar de reducir los efectos de la vibración es importante tomar medidas como por ejemplo asegurar una correcta suspensión entre ruedas y bastidor en los vehículos o mediante la suspensión del asiento/cabina respecto al vehículo.

Otro aspecto a destacar es la ansiedad y el estrés al que se ven sometidos muchos conductores profesionales, ya sea por la presión de cumplir con los horarios, el aislamiento familiar, la conciliación del trabajo-familia o las condiciones salariales. Todo ello favorece que el conductor pueda acabar en depresión.

Por favor, acudid a la mínima molestia al especialista ya que dichas lesiones si empeoran luego es más complejo curarlas. La salud es lo primero y sin salud no podemos trabajar bien. ¡Hay que cuidarse!