El examen práctico del permiso de conducir es una de esas situaciones en las que los nervios se apoderan de la mayoría de nosotros (algunos tienen suerte y no les pasa eso, pero no suelen ser la mayoría), aunque debemos tomárnoslo como una clase más.  Resulta fácil de decir y bastante difícil de hacer, pero una de las cosas más importantes una vez nos subimos al coche de la autoescuela con el examinador sentado en la parte posterior del vehículo es mantener la calma. Si lo pensamos bien, lo peor que nos puede pasar es suspender. Y no es el fin del mundo.

Es muy importante conocer bien el vehículo con el que vamos a hacer la prueba: Hay que saber donde tenemos los elementos importantes porque nos pueden preguntar por ellos o podemos necesitar en el día a día. Los citamos a continuación: las luces, la palanca de abrir el capó, como comprobar los niveles de aceite, agua, líquido de frenos, dirección, refrigerante y limpiaparabrisas. Es importante conocer donde está el claxon, en chaleco reflectante, los triángulos, la identificación de la batería, la documentación del coche y saber desbloquear el volante al aparcar.

Antes del examen es bueno hacer un reconocimiento previo de la zona donde nos van a examinar. Y durante la prueba es muy recomendable: Mirar a los dos lados en todas las intersecciones y a la hora de maniobrar, poner atención a las señales de tráfico y a los peatones, los ciclistas y los autobuses ¡Cuidado con ellos!

El examinador nos puede dar ordenes que no tenemos que cumplir porque a lo mejor no son correctas y nos está poniendo a prueba. ¡Mucha atención! Fíjate especialmente en calles de dirección prohibida, salidas inexistentes o prohibidas de las rotondas, VADOS o señales de prohibición a la hora de aparcar, zonas de carga y descarga…

Otra cosa: Enciende siempre las luces de cruce al entrar en túneles y pasos inferiores, ya sean más o menos largos, siempre es mejor activarlas que no hacerlo. Recuerda también que no hay que ir mirando la palanca de cambios constantemente para saber en qué marcha vas y, por supuesto, no vayas con una mano en la palanca de cambios.

Antes del examen: Regula el asiento, ajusta los retrovisores, ponte el cinturón, quita el freno de mano y arranca el vehículo sin miedo. Es importante conocer y respetar todas las señales de tráfico, así como las marcas viales que puedan ir apareciendo a nuestro paso, pero para ello es vital que estés pendiente de tu entorno y vayas tranquilo para que no te pases por alto ninguna de ellas.

Por último queremos advertirte algo que es muy importante y que a veces nos hemos visto que algunos alumnos pues… ¡Han patinado!  Aunque hay gente que se levanta cada mañana con el pie izquierdo, no debes temer al examinador, normalmente no es alguien que tenga algo personal contra ti, sino alguien que te va a evaluar de manera objetiva. Si te saltas alguna indicación del examinador, no te preocupes ni te pongas nervioso, no pasa nada, ya cuentan con ello. Lo importante es que no lo hagas de forma reiterativa. Si tienes dudas sobre lo que te ha dicho el examinador o no le has oído bien, pregúntale, no muerde. Mientras que el examinador no te diga nada, tú sigue recto. Si no puedes continuar recto, pregúntale qué dirección debes tomar.