El detector de fatiga para el coche es un dispositivo que permite a través de la medición de algunas señales poder avisar al conductor de somnolencia al volante para poder evitar accidentes. Gracias a este sistema de protección, se podrán evitar los siniestros que se producen debidos a que el conductor se queda dormido al volante. Su función es evitar accidentes y avisar al conductor de que se encuentra cansado, antes de que se pueda producir una distracción grave en la carretera.

El sistema puede medir distintas variables para controlar el cansancio de conductor a través de:

El volante: equipado con distintos sensores cuya función es la de medir la presión ejercida con las manos sobre esta parte del vehículo, además detecta cambios de dirección muy frecuentes y bruscos, así como los movimientos de manos.

La cara: los sistemas más avanzados cuentan con una cámara digital que apunta directamente a la cara del conductor, de manera que monitoriza los movimientos de la cabeza y sobre todo de los ojos.

El motor: indica cuánto tiempo lleva en funcionamiento para sugerir una parada.

Una vez que el vehículo analiza todos estos factores,lanza una alerta al conductor si detecta patrones de movimiento extraños tanto en las manos como en el rostro o cuando el tiempo de funcionamiento del motor es de más de dos horas. En ese momento emitirá una serie de señales visuales y acústicas para indicar al conductor que es el momento de parar.

El detector de fatiga es obligatorio para todos los vehículos fabricados a partir del 1 de julio de 2022 tal y como recoge el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte. Estos sistemas deben estar presente en los vehículos de menos 3.500 kilos y de los que se excluyen las motocicletas. Así que si compras un coche nuevo, este deberá contar ya con un detector de fatiga.